Las páginas web no han muerto… están mutando
A raíz de nuestro trabajo vemos muchas páginas webs y sobre todo cómo éstas van evolucionando. No se trata este artículo de una nueva versión del “nacen, crecen, se reproducen y mueren” pero sí que podríamos cambiar el final por “mutan”. Y es que como casi todos los proyectos digitales las páginas webs cambian muy rápido y hay que estar preparados para la siguiente fase.
Es verdad que el clímax de la página web llegó justo antes de que los dispositivos móviles se convirtieran en potentes smartphones. En ese momento el PC era el rey y por tanto los sitios webs estaban hechos para ser disfrutados a través de él. Pero de eso hace ya ha pasado mucho tiempo, y las reglas del juego han cambiado.
La primera regla es que, aunque las redes sociales se han convertido en el principal medio de comunicación en internet, el objetivo de la web únicamente ha cambiado, para convertirse en un aliado en la comunicación digital. La web le brinda estatus y profesionalismo a una empresa. No es lo mismo disponer exclusivamente de perfiles corporativos en redes sociales, que contar con la “nave nodriza” que es la web y desde ahí expandir nuestro mensaje comunicacional y publicitario al resto de plataformas digitales.
Nuestra experiencia durante todo este tiempo nos ha indicado que los usuarios, consumidores y clientes esperan que una marca, una compañía o un negocio cuente con una página web. Y ojo no estamos hablando de los millenials que crecieron con el Internet y entienden fácilmente la comunicación digital. Los centennials que nacieron en la época del Internet móvil y la posibilidad de encontrar educación, empleo, grupos sociales más específicos a través de esta comunicación, también tienen incrustado en su cerebro, por así decirlo, un chip genéticamente heredado, con la necesidad hasta cierto punto inconsciente de que contemos con un sitio web.
Entonces ahora las webs se ven la mayoría de veces a través del smartphone. Y por muy iPhone que uno tenga, la pantalla es la que es y la navegación es la que es y por lo tanto la web que podremos disfrutar será la que será. Y tratar de hacer lo contrario es simplemente nadar contra corriente (en el peor de los sentidos posibles). Por lo tanto, las páginas web deben ser si o si adaptables a pantallas de todo tamaño y de navegación funcional.
Derivado de lo anterior, los “clics” en la web deberían ser los mínimos posibles y siempre a “cosas” grandes. Los menús kilométricos o los textos demasiado largos (quien dice largos dice de más de una frase) en la mayoría de los casos deberían desaparecer si no quieres tener una alta tasa de rebote. Así que deslicemos para arriba y para abajo estilo o Tik Tok, o izquierda derecha si nos gusta más el estilo Tinder, pero deslicemos mucho más que cliquiemos.
Adaptabilidad a dispositivos móviles y minimalismo lo que más se pueda, es nuestro consejo para la mayoría de las páginas webs.
Luego están los contenidos. El usuario cada vez está menos tiempo en las páginas web (es muy difícil captar la atención hoy en día, el por qué queda fuera del alcance de este artículo) por lo tanto salvo en contadísimas excepciones vale la pena no hablar más de la cuenta. Hay que explicar lo esencial y punto y final. Qué haces o que ofreces, Quién lo hace… y algún caso de éxito o similar que ayude a que confíen en ti. Todo lo demás lo veras tú y tu familia el día que les enseñes la web y para de contar. Eso sí, formas de contactar todas las opciones y lo más accesibles posibles. Un lead es un lead.
Además, a día de hoy si buscas en Google a una empresa el Buscador ya te da muchas veces la mayoría de información que necesitas. Y lo que falta no tardará en dártela.
Por lo tanto concluyendo, debemos adoptar una postura equilibrada sobre si es necesario contar con un sitio web. Dejar de ser dogmáticos con la idea de que comunicar solo a través de redes sociales es suficiente y que la web ha muerto.
Como hemos mencionado en este artículo la web solamente esta evolucionando como todo en esta era digital y es importante que sigamos incluyéndola en nuestra estrategia comunicacional empresarial.
Así que nuestro consejo es contratar a una buena agencia, ahora más que nunca, que nos ayude a que nuestro sitio web sea lo más minimalista posible, porque, aunque no lo parezca el minimalismo suele ser lo más difícil. Y que además pueda vincular nuestra página a las redes y plataformas digitales vigentes y puedan convertirse en un poderoso equipo de comunicación y ventas.
Si nos necesitas estamos listos para ayudarte, contáctanos.